14/12/12

El Hobbit: Un viaje inesperado (2012)

Peter Jackson... un director de buenas películas que rebosan de emoción y aventura. Tiene miles de fans alrededor del mundo y ¡vaya que se entiende! No he visto todos sus trabajos, pero ya espero Tintín y el Templo del Solsecuela de Las Aventuras de Tintín: El Secreto del Unicornio, película que pronto comentaré en Cine para cinéfilos, porque se nota, tras ver El Hobbit, que es un cineasta hábil a la hora de crear espectaculares historias de aventuras.

Bilbo Bolsón (Martin Freeman) es un pequeño Hobbit que recibe la visita de Gandalf (Ian McKellen), un mago poderoso que lo escoge para emprender una aventura junto a un grupo de enanos que quiere recuperar su reino, llamado Erebor, de las malvadas garras de un dragón que también custodia un cuantioso tesoro que les arrebató. El Hobbit: Un viaje inesperado es la primera película de una trilogía que culminará el 2014.

El Hobbit es una de esas historias que casi no necesitan presentación. El libro de J. R. R. Tokien ―que cumple 75 años este 2012― es tan famoso como entretenido y, en su traspaso a la pantalla grande, Jackson se desenvuelve muy bien, pero, a ratos, con cierta lentitud. La película, cuya duración es de 169 minutos, inicia con un ritmo algo lento, pero condimentado con cuotas de humor y ciertas batallas, para desembocar en una avalancha de acción constante, que si bien no respeta en su totalidad a la novela, logra pararse por sí sola.

Y en este viaje que emprenden los enanos, el hobbit y el mago Gandalf, no todo es persecución y peleas de espadas y magia. El film deja espacio para el desarrollo de los personajes  ―quizás no el suficiente, pero al menos está presente y eso se agradece, puesto que en el cine creo que no todo debe ser espectáculo y esto se nota especialmente en la relación que se da entre Bilbo y Thorin (Richard Armitage). También en lo que a diálogos se refiere, hay opiniones dispares. Mientras unos los creen débiles y repetidos, yo (en mi humilde opinión) que, si uno se deja llevar por el film, están más que buenos y notables.

A pesar de todo lo dicho, sin duda, el fuerte de El Hobbit es el espectáculo. Es destacable el trabajo de Peter Jackson en cuanto a imagen se refiere. La nitidez que alcanza en cada toma gracias a los modernos equipos que utilizó en el rodaje, así como algunos efectos especiales de los seres fantásticos que aparecen, son notables. No la vi en 3D, pero me imagino que en ese formato, la aventura se potencia inmensamente. Se le ha criticado que, en vez de usar 24 fotogramas por segundo, haya usado el doble. Cuesta acostumbrarse, es cierto, pero luego ni se nota y, según lo que he leído, esto obedece a un fin especial y que es su proyección con una nueva tecnología de 3D.

Otro detalle que quiero destacar es la música. El trabajo de Howard Shore es magnífico. Sus partituras realzan las virtudes de este film y emocionan en las escenas más intensas. Escuchar no solamente instrumentos, sino que también acompañamientos musicales con voces (en mi opinión al menos) resulta genial. Ya verán cuando estén en el cine cómo sus pelos se erizarán por los escalofríos producidos por la combinación de "batalla-banda sonora con coro incluido" (sí lo sé; estoy emocionado). 

Y si de voces se trata, la película incluye un tema espectacular de Neil Finn que pueden escuchar aquí.

Para concluir, la primera parte de la trilogía de El Hobbit es indudablemente una gran película, larga quizás y con cierto relleno pero relleno del bueno, que no molesta casi nada, que gustará a los amantes de los films de fantasía y aventuras. En cuanto a los fans de Tolkien, los invito a opinar en los comentarios.  

Esta es una de esas películas que están hechas para ver en el fin de año; al llegar las vacaciones y aproximarse el verano ―al menos en el hemisferio sur del planeta―, resulta agradable disfrutar de una emocionante historia como la de Bilbo y Cía. Mi veredicto: El Hobbit: Un viaje inesperado aprueba con un 90-95% de mi aceptación.


Dadas las intensas escenas de batallas y algunas criaturas que pueden asustar a los más chicos de la familia, recomiendo verla a partir de los 10 años, más o menos. Hasta la próxima.

Se me olvidaba: no se preocupen si no alcanzan a ver esta película antes del 21 de diciembre; el mundo no se va a acabar.



La imagen que usé en esta entrada fue generada por mí mediante esta herramienta de la página oficial del film.