15/1/13

El viaje de Emilio (2010)

Desde que comencé a escribir, ya hace casi tres años, nunca lo había hecho sobre alguna película chilena. Realmente no veo mucho cine nacional y, en este caso, fue de pura casualidad. Navegando por internet, descubrí que los realizadores de este interesante film lo habían subido a Vimeo y que tenían una página en Facebook. Me dije que no tenía nada que perder, la descargué y la vi. Esto fue lo que pasó:

Emilio (Ernesto Malbrán) es un músico anciano, ciego y gruñón, pero de buen corazón (verso sin esfuerzo mucho después del almuerzo) al que un amigo del colegio en el lecho de muerte le encarga una misión (¡otra rima!). De este modo, junto a Claudio (Cristián Ramos), un transportador de bienes y mercancías, emprende un viaje que no se verá exento de problemas, sobre todo cuando se vean enfrentadas sus personalidades muy opuestas, para llevar a cabo la última voluntad de su amigo.

Abril Trejo, la directora tras este trabajo (y coguionista junto a Valentina Saenz de Regadera), logra armar una historia que no aburre; los personajes centrales, Emilio y Claudio, con sus defectos y todo (en especial Emilio), despiertan la simpatía del espectador y consiguen arrancar algunas risas. Sentí que había cierto equilibrio en sus personalidades; si se muestran viciosos en algunos aspectos, en otros son virtuosos, elemento que se refuerza por sus notables actuaciones, y que otorga mayor realismo a los personajes al no mostrarse planos.

Otro aspecto destacable de El viaje de Emilio es la fotografía. La cámara es generosa a la hora de capturar los espléndidos paisajes de Chile. Y, en cuanto a los colores y filtros, éstos también son espectaculares. Quizás confundan en algunos casos, pues si en una escena se nos muestra un  atardecer anaranjado y solo han pasado unas horas o minutos, no puede ser que en la siguiente el sol brille más alto. Espero no estar emitiendo un juicio erróneo, pero fue la impresión que me quedó.

Me duele decirlo, pero no me gustó mucho el sentimentalismo de ciertas escenas (que son pocas después de todo), debido a algunos clichés en los diálogos. Con todo, no están demás, pero creo que son prescindibles. Pero, siendo justo, la película goza de otros diálogos muy buenos (y, a veces, simpáticos) que demuestran el talento de las guionistas y de los actores.

Para concluir, quiero decirles que El viaje de Emilio es una muy buena película. Tiene defectos, como todas las cosas en el mundo, pero no son importantes. Disfruté mucho cuando la vi y lo haría otra vez más. No es una de esas cintas desechables que sirven para pasar el rato; El viaje de Emilio es una pequeña joya del cine local y constituye todo un privilegio que pueda ser vista, gratuita y legalmente, por internet. ¡No se la pierdan!

Los que quieran, aquí la pueden ver. Para los papás, tengan presente que se dicen varias groserías (no me juzguen; este blog está dirigido a absolutamente todos):